jueves, 15 de noviembre de 2012

Línea y plano (Caravaggio). INDIRA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ


LÍNEA Y PLANO
 INDIRA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ


Michelangelo Merisi da Caravaggio, nació en Mián el 29 de septiembre de 1571 y murió el 18 de julio de 1618. Fue un pintor italiano que realizó su obra en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre los años 1593 y 1610
Es considerado como el primer gran exponente y representante de la pintura del Barroco.

El cuadro que comentaré es “La Vocación de San Mateo”. Es un óleo sobre lienzo, que representa una escena religiosa, pero con una ambientación profana, ya que el tema es contrarreformista. Se trata de la elección que realiza Cristo sobre cualquier persona, para que le siga, instituyéndose así el sacramento del orden sacerdotal. Éste es uno de los sacramentos que cierta parte del protestantismo no considera válido.

Los cuerpos le dan una gran naturalidad, ya que los personajes son gente de la calle. No idealiza a ninguno, ni siquiera a Cristo. Esto es típico del barroco, ya que se quería alegar de las normas de la idealización clásica y las normas del Concilio de Trento que exigía tratar a los personajes del cristianismo con decoro. Caravaggio es el primer pintor que rompe con esta norma contrarreformista y establece estos modelos como norma de sus cuadros con el fin de llegar al público con personajes más cercanos.

El recurso lumínico del cuadro es el tenebrismo. Éste es un estilo pictórico perteneciente al arte Barroco que utiliza la técnica del claroscuro como elemento principal de expresión. El claroscuro tiene fuerte contraste entre luz y sombra, casi sin medios tonos, y en el cual los objetos iluminados destacan con mucha fuerza porque la luz los acentúa. A través de la luz concentra la atención donde quiera. Un foco de luz intensa cuya dirección es diagonal proveniente de una claraboya nos ilumina a los personajes. El resto del cuadro queda en oscuridad o penumbra. Es una iluminación artificial, como de focos teatrales.

En cuanto a la la composición,  los grupos están claramente descompensados en el cuadro. La luz en forma de diagonal genera a través de las manos y de los rostros una línea curva  a través del diálogo que va de la mano de Cristo que dirige a Mateo y la respuesta atónita de la mirada de los que le acompañan y se sorprende ante las palabras de Jesús. La figura de Cristo no se encuentra en el centro de la composición sino en un lateral.

En resumen se trata de una obra religiosa propia de un artista como Caravaggio, pintor italiano del Barroco del siglo XVII, que representa estas escenas con cotidianeidad, recurriendo a la técnica tenebrista y a personajes sacados de la calle.

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