miércoles, 28 de noviembre de 2012

Iris Blanco Moral


Hola! 
A continuación voy a introducir en el blog parte del trabajo grupal.
Trata sobre la motricidad,historia, concepto y la motricidad fina y gruesa. 



Historia de la Psicomotricidad
En los primeros tiempos de la Época Contemporánea la psicomotricidad estaba unida al ámbito terapéutico y de estudio para la atención de niños disminuidos por lesiones cerebrales y otros problemas como: dislexia, disgrafía, discalculia, por lo que se empleaba en la reeducación y readaptación de los niños que presentaban trastornos relacionados con el aspecto motriz. 
Posteriormente fue evolucionando gracias a estudios y trabajos de autores como Wallon, Pieget, Vigotsky, Luria y Gessell, entre otros, quienes se interesaban en indagar sobre el desarrollo madurativo del niño con base en determinados aspectos psicomotores y de socialización. 
En Francia,  a través de la Educación Física, surgen intentos por llevar al ámbito evolutivo el producto de los resultados obtenidos en el reeducativo, puesto que, para poder comprender las perturbaciones y trastornos en los niños con problemas, se realizaban estudios a niños normales. Autores como: Picq y Vayer, le Boulche, Lapierre, Aucouturier, entre otros, participaron en esta labor, además de Zazzo, De Costallat, Lagrange, y de Quirós, quienes establecen relaciones entre psicomotricidad y aprendizaje.
Entre los precursores de la psicomotricidad se encuentran J. Ajuriaguerra, cuyos trabajos continúan siendo un instrumento de referencia y quien, entre otras cosas, definió algunos aspectos de la obra de Wallon, destacando la función central de comunicación del tono, del dialogo tónico. 
La psicomotricidad, recibe aportes de diversas disciplinas como la biología, la psicología, la medicina y la pedagogía, entre otras, por lo que existen numerosas corrientes que responden a las diferentes teorías y concepciones, a distintos marcos referenciales, que actúan con distintas posibilidades en varios ámbitos sociales con diversos fines y métodos; pero tienen algo en común.” La reacción a la visión dualista cuerpo-mente”, y con el convencimiento de que para llegar al desarrollo pleno de la persona es necesario tener en cuenta todas las capacidades del niño: mentales, afectivas, sociales, corporales y espirituales, para que evolucione hacia la integración en una “unidad”, siendo esta, la afirmación clave de la psicomotricidad.

Concepto de Psicomotricidad:
Hay diversos enfoques relacionados con la concepción de la psicomotricidad, hasta el punto de que no existe una definición única y universalmente aceptada, a continuación mostramos algunas de ellas.
Según Schrager (1979): Se entienden por psicomotricidad a la educación del movimiento o por medio del movimiento, que preocupa una mejor utilización de las capacidades psíquicas: el juicio, el razonamiento, la imaginación y la abstracción, también consideradas capacidades intelectuales, así como la atención y la memoria, que son calificadas mas como capacidades psíquicas que intelectuales, y la afectividad y la personalidad que son independientes del intelecto. Por medio de esta relación es posible considerar que, aunque la base de la psicomotricidad sea el movimiento, este no es solo una actividad motriz, sino también una actividad psíquica consciente, que es provocada ante determinadas situaciones.

Rossel (1983):
Plantea que la educación psicomotora es la educación del control mental de la expresión motora.

Ajuriaguerra(1985):
 La psicomotricidad es la realización del pensamiento a través del acto motor preciso, económico y armonioso. Se concibe como un acto motor por la acción provocada de un estimulo que origina una respuesta.
Chockler (1988):
Toda actividad humana es esencialmente psicomotriz y para su puesta en marcha se articulan diferentes sistemas anatomo-fisiológicos , patológicos y sociales de gran complejidad que interactúan determinando una particular manera de ser y de estar en el mundo, de relacionarse con la realidad, con las personas, con el espacio, con los objetos para satisfacer las necesidades biológicas, afectivas, culturales y sociales del hombre.

 Concepto actual de Psicomotricidad:
 El término "psicomotricidad" integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio-motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial.
La psicomotricidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.
Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico.




Conceptos de psicomotricidad:

De Lièvre y Staes (1992):
La psicomotricidad es un planteamiento global de la persona. Puede ser entendida como una función del ser humano que sintetiza psiquismo y motricidad con el fin de permitir al individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que le rodea. Puede ser entendida como una mirada globalizadora que percibe las interacciones tanto entre la motricidad y el psiquismo como entre el individuo global y el mundo exterior. Puede ser entendida como una técnica cuya organización de actividades permite a la persona conocer de manera concreta su ser y su entorno inmediato para actuar de manera adaptada.

Gª Núñez y Fernández Vidal (1994):
La psicomotricidad es la técnica o conjunto de técnicas que tienden a influir en el acto intencional o significativo, para estimularlo o modificarlo, utilizando como mediadores la actividad corporal y su expresión simbólica. El objetivo, por consiguiente, dela psicomotricidad es aumentar la capacidad de interacción del sujeto con el entorno.

Berruezo (1995):
La psicomotricidad es un enfoque de la intervención educativa o terapéutica cuyo objetivo es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que le lleva a centrar su actividad e interés en el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello: disfunciones, patologías, estimulación, aprendizaje, etc.

Muniáin (1997):
La psicomotricidad es una disciplina educativa/reeducativa/terapéutica, concebida como diálogo, que considera al ser humano como una unidad psicosomática y que actúa sobre su totalidad por medio del cuerpo y del movimiento, en el ámbito de una relación cálida y descentrada, mediante métodos activos de mediación principalmente corporal, con el fin de contribuir a su desarrollo integral.




La Motricidad puede clasificarse en Motricidad Fina y Motricidad Gruesa.


PSICOMOTRICIDAD FINA:



La motricidad fina comprende todas aquellas actividades del niño que necesitan de una precisión y un elevado nivel de coordinación.

Esta motricidad se refiere a los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, que no tienen una amplitud sino que son movimientos de más precisión.

Se cree que la motricidad fina se inicia hacia el año y medio, cuando el niño, sin ningún aprendizaje, empieza a emborronar y pone bolas o cualquier objeto pequeño en algún bote, botella o agujero.

La motricidad fina implica un nivel elevado de maduración y un aprendizaje largo para la adquisición plena de cada uno de sus aspectos, ya que hay diferentes niveles de dificultad y precisión.

Para conseguirlo se ha de seguir un proceso cíclico: iniciar el trabajo desde que el niño es capaz, partiendo de un nivel muy simple y continuar a lo largo de los años con metas más complejas y bien delimitadas en las que se exigirán diferentes objetivos según las edades.

Los aspectos de la motricidad fina que se pueden trabajar más tanto a nivel escolar como educativo en general, son:

-Coordinación viso-manual.
-Motricidad facial.
-Motricidad fonética.
-Motricidad gestual.







Desarrollo de la Motricidad Fina:

El desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno, consecuentemente, juega un papel central en el aumento de la inteligencia. Así como la motricidad gruesa, las habilidades de motricidad fina se desarrollan en un orden progresivo, pero a un paso desigual que se caracteriza por progresos acelerados y en otras ocasiones, frustrantes retrasos que son inofensivos.

Infancia (0- 12 meses):
Las manos de un niño recién nacido están cerradas la mayor parte del tiempo y, como el resto de su cuerpo, tienen poco control sobre ellas. Si se toca su palma, cerrara su puño muy apretado, pero esto es una acción de reflejo inconsciente llamado el reflejo Darwinista, y desaparece en un plazo de dos a tres meses. Así mismo, el niño agarrara un objeto puesto en su mano, pero sin ningún conocimiento de lo que está haciendo.

Aproximadamente a las ocho semanas, comienzan a descubrir y jugar con sus manos, al principio solamente involucrando las sensaciones del tacto, pero después, cerca de los tres meses, involucran la vista también.
La coordinación ojo-mano comienza a desarrollarse entre los 2 y 4 meses, comenzando así un periodo de práctica llamado ensayo y error al ver los objetos y tratar de tomarlos.

A los cuatro o cinco meses, la mayoría de los niños pueden coger un objeto que este dentro de su alcance, mirando solamente el objeto y no sus manos. Llamado "máximo nivel de alcance.” Este logro se considera un importante cimiento en el desarrollo de la motricidad fina.
A la edad de seis meses, los niños pueden coger un pequeño objeto con facilidad por un corto periodo, y muchos comienzan a golpear objetos. Aunque su habilidad para sujetarlos sigue siendo torpe, adquieren fascinación por tomar objetos pequeños e intentar ponerlos en sus bocas.
Durante la última mitad del primer año, comienzan a explorar y probar objetos antes de cogerlos, tocándolos con la mano entera y ocasionalmente, empujarlos con su dedo índice.
Uno de los logros motrices finos más significativos es el tomar cosas usando los dedos como tenazas (pellizcado), lo cual aparece normalmente entre las edades de 12 y 15 meses.

Gateo (1-3 años):


Desarrollan la capacidad de manipular objetos cada vez de manera más compleja, incluyendo la posibilidad de marcar el teléfono, tirar de cuerdas, empujar palancas, darle vuelta a las páginas de un libro, y utilizar crayones para hacer garabatos.

En vez de hacer solo garabatos, sus dibujos incluyen patrones, tales como círculos. Su juego con los cubos es más elaborado y útil que el de los niños más pequeños, ya que pueden hacer torres de hasta 6 cubos.

Preescolar (3-4 años):
Las tareas más delicadas que enfrentan los niños de preescolar, tales como el manejo de los cubiertos o atar los cordones de los zapatos, representan un mayor reto al que tienen con las actividades de motricidad gruesa aprendidas durante este periodo de desarrollo.

Para cuando los niños tienen tres años, muchos ya tienen control sobre el lápiz. Pueden también dibujar un círculo, aunque al tratar de dibujar una persona sus trazos son aún muy simples.
Es común que los niños de cuatro años puedan ya utilizar las tijeras, copiar formas geométricas y letras, abrocharse botones grandes, hacer objetos con plastilina de dos o tres partes. Algunos ya pueden escribir sus propios nombres utilizando las mayúsculas.


Edad Escolar (5 años):
Para la edad de cinco años, la mayoría de los niños han avanzado claramente más allá del desarrollo que lograron en la edad de preescolar en sus habilidades motoras finas.

Además del dibujo, niños de cinco años también pueden cortar, pegar, y trazar formas. Pueden abrochar botones visibles.







Coordinación Viso-Manual:
La coordinación manual conducirá al niño al dominio de la mano. Los elementos más afectados, que intervienen directamente son:

-la mano
-la muñeca
-el antebrazo
-el brazo


es muy importante tenerlo en cuenta ya que antes de exigir al niño una agilidad y ductilidad de la muñeca y la mano en un espacio reducido como una hoja de papel, será necesario que pueda trabajar y dominar este gesto más ampliamente en el suelo, pizarra y con elementos de poca precisión como la punta de los dedos.


Coordinación Facial:
Este es un aspecto de suma importancia ya que tiene dos adquisiciones:
1.- El del dominio muscular
2.- La posibilidad de comunicación y relación que tenemos con la gente que nos rodea a través de nuestro cuerpo y especialmente de nuestros gestos voluntarios e involuntarios de la cara.
Debemos de facilitar que el niño a través de su infancia domine esta parte del cuerpo, para que pueda disponer de ella para su comunicación. 
El poder dominar los músculos de la cara y que respondan a nuestra voluntad nos permite acentuar unos movimientos que nos llevarán a poder exteriorizar unos sentimientos, emociones y manera de relacionarnos, es decir actitudes respecto al mundo que nos rodea. 

Coordinación fonética:
La coordinación fonética es un aspecto dentro de la motricidad muy importante a estimular y a seguir de cerca para garantizar un buen dominio de la misma.
El niño en los primeros meses de vida:
Descubre las posibilidades de emitir sonidos.
-No tiene sin embargo la madurez necesaria que le permita una emisión sistemática de cualquier sonido ni tan siquiera la capacidad de realizarlos todos.
Ha iniciado ya en este momento el aprendizaje que le ha de permitir llegar a la emisión correcta de palabras.
Este método llamará la atención del niño hacia la zona de fonación y hacia los movimientos que se hacen lentamente ante él, posibilitando la imitación como en tantas otras áreas; el medio de aprender será imitar su entorno.
Poco a poco irá emitiendo sílabas y palabras que tendrán igualmente una respuesta, especialmente cuando no se trate de una conversación sino de un juego de decir cosas y aprender nuevas palabras, hacer sonidos de animales u objetos.
Hacia el año y medio el niño:
-Puede tener la madurez para iniciar un lenguaje.
-No contendrá demasiadas palabras y las frases serán simples.

Y ya habrá iniciado el proceso del lenguaje oral en el mejor de los casos podrá hacerlo bastante rápidamente.
Estos juegos motrices tendrán que continuar sobre todo para que el niño vaya adquiriendo un nivel de conciencia más elevado.

Entre los 2-3 años el niño:
-Tiene posibilidades para sistematizar su lenguaje, para perfeccionar la emisión de sonidos.
-Y para concienciar la estructuración de las frases y hacerlas cada vez más complejas.

Al final del tercer año quedarán algunos sonidos para perfeccionar y unas irregularidades gramaticales y sintácticas a consolidar.
Todo el proceso de consolidación básica se realizará entre los tres y cuatro años, cuando el niño puede y tendrá que hablar con una perfecta emisión de sonidos y por consiguiente con un verdadero dominio del aparato fonador.
El resto del proceso de maduración lingüística y de estilo se hará a la larga en el transcurso de la escolarización y la maduración del niño.
Coordinación Gestual:


Las manos:
 Diadococinesias

Para la mayoría de las tareas además del dominio global de la mano también se necesita también un dominio de cada una de las partes: cada uno de los dedos, el conjunto de    todos ellos.
Se pueden proponer muchos trabajos para alcanzar estos niveles de dominio, pero tenemos que considerar que no lo podrán tener de una manera segura hasta hacia los 10 años. 

Dentro del preescolar una mano ayudara a otra para poder trabajar cuando se necesite algo de precisión. Hacia los tres años podrán empezar a intentarlo y serán consientes de que necesitan solamente una parte de la mano. Alrededor de los 5 años podrán intentar mas acciones y un poco mas de precisión.

5. Motricidad gruesa infantil
Es la capacidad del hombre de generar movimiento por sí mismos con una adecuada coordinación y sincronización entre todas las estructuras que intervienen en el movimiento.
Su estudio sigue un amplio análisis del desarrollo de un ser vivo, desde su fecundación hasta la vejez. Investigan todas las etapas, causas y efectos, de un acto motor, dando explicación a todo lo relacionado con el movimiento del ser vivo.
 Lo más importante para evitar complicaciones a nivel neurológico es el ambiente en el que se desarrolle naturalmente el pequeño. La recomendación es que los padres sepan las necesidades afectivas del bebé, eviten ser permisivos o restrictivos y fomenten el juego.
La capacidad del bebé para responder a incentivos es evidente cuando mueve la cabeza hacia los lados, busca un estímulo visual y responde a un sonido. A los 2 meses, las primeras estiradas de mano para alcanzar un juguete o tocar un móvil representan avances en la motricidad gruesa. A los 4 o 5 se gira de un lado para otro y dentro de poco, se mantendrá de rodillas para alcanzar un objeto.
Los masajes son lo más importante a la hora de desarrollar destrezas en el pequeño. Tocar las partes de su estructura física, mencionar su nombre y aclarar su función son un estímulo extra.
Los recién nacidos distinguen manchas, así que se recomienda que los objetos que manipulen sean de color blanco y negro. Los estímulos no deben ser más pequeños que su mano para evitar que lo introduzca a la boca. Además, la forma y las texturas deben ser variadas para que más adelante interactúe sin miedo con otras cosas y personas.
Si el niño no desarrolla secuencialmente la motricidad en las extremidades superiores, será un niño con problemas para escribir, al que le resulta difícil  colorear, trabajar con papel, con plastilina, que no tolera la textura, no trabaja con témperas y no maneja bien las tijeras.
Otro fallo se dará porque perderá el equilibrio con facilidad y tendrá dificultad para practicar deportes como el patinaje o montar bicicleta.  Así mismo, se le obstaculizará saltar en un pie o coordinar movimientos con el balón.


La motricidad gruesa comprende todo lo relacionado con el desarrollo  cronológico del niño especialmente  en el crecimiento del cuerpo y de las habilidades psicomotrices.
Desarrollo del niño:
El control motor grueso es importante en el desarrollo del bebe, el cual puede refinar los movimientos, descontrolados, aleatorios e involuntarios a medida que su sistema neurológico madura.
Control cefálico, arrastrarse y gatear, volteos, ponerse de pie y caminar, sentarse, subir y bajar escaleras, correr y saltar, estimulación del área de motricidad gruesa
 El siguiente objetivo es el volteo. Su importancia radica en que, además de favorecer el control del cuerpo y del equilibrio, es uno de los indicadores de la curiosidad del niño y su motivación por descubrir nuevas sensaciones y por trasladarse de un sitio a otro.
Cuando un niño es capaz de sentarse, su perspectiva del mundo cambia. Las cosas no son iguales vistas cuando se está echado que cuando se está sentado. Además, se tiene más control del cuerpo, más equilibrio y las posibilidades de manipular objetos se multiplican.
Si bien es importante una adecuada adquisición del gateo, es más importante saber que algunos niños no gatean. Lo fundamental desde el punto de vista de su desarrollo global es que el niño se desplace, del modo que sea, y que sienta interés por su entorno.
El siguiente gran objetivo en este área es la deambulación, es decir, el caminar. Para ello, el niño debe obtener un alto nivel de equilibrio, así como vencer el peso de su cuerpo, siendo necesario pasar por una serie de fases previas, una de ellas suele ser el ponerse de rodillas.
Son actividades que exigen un gran sentido del equilibrio y una gran seguridad y confianza en uno mismo. A menudo a los niños les gusta subir a los muebles, a los sofás, y avanzar sobre escalones. Se debe dejar que los niños realicen todas estas actividades, muy beneficiosas para ellos y además divertidas.
Lo importante es que las lleven a cabo con supervisión, que no es lo mismo que con sobreprotección. Jugar a saltar con otros es una actividad que suele gustar, así como bailar y cualquier actividad que implique moverse. Es importante reforzar siempre que el niño realiza un esfuerzo, y felicitarle por lo bien que salta o se mueve.

María García Domínguez



Buenos días, hoy voy a añadir en el blog una parte del trabajo que hemos realizado mis compañeras y yo del proyecto.

Hoy voy a explicar un poco como hemos elaborado algunos de los puntos de el punto 7 de nuestro proyecto: "La imagen visual".

Este punto lo hemos subdividido en el punto en la imagen, la linea en la imagen, el plano en la imagen y las texturas.

Hoy, voy a exponer aquí lo que hemos trabajado en el punto en la imagen, la linea en la imagen y el plano en la imagen:



7. La imagen visual
7.1. El punto en la imagen

El punto es el elemento gráfico más pequeño que se puede dibujar. Existen dos clases de puntos: el punto geométrico y el punto gráfico, conocido también como signo gráfico.
·      El punto geométrico: se utiliza en dibujo técnico y surge cuando dos rectas se cortan. Este tipo de punto no tiene dimensiones, es decir, carece de altura, de anchura y de profundidad.
·      El punto gráfico-plástico (signo gráfico): es el más simple de los elementos que se utilizan para dibujar formas.
Es posible hacer puntos o signos gráficos con la huella que deja en el papel un
Lápiz, un rotulador, un pincel con pintura, etc. Los puntos pueden presentar diferentes colores, dimensiones y formas, siempre que sean pequeñas: círculos, estrellas, triángulos, etcétera

7.1.1. El punto en el espacio

Un punto dibujado sobre un plano de papel dirige nuestra atención hacia él y genera diferentes tensiones: centrales, diagonales, verticales, horizontales, etc. Estas tensiones producen sensaciones variadas: orden y equilibrio, inestabilidad, dinamismo…
Las distintas posiciones de un solo punto sobre el soporte estructuran de manera sencilla el espacio del plano.



7.1.2. El punto de atención

Cuando observamos una imagen podemos ver formas, personajes, objetos naturales o artificiales… Cada imagen está compuesta por diferentes elementos: puntos, líneas, planos y texturas. De todo lo que vemos siempre hay una zona que nos llama la atención; por ejemplo, en el cuadro de Velázquez, La Venus del espejo, es la cara de la modelo. A este espacio, que resulta más importante que el resto, se le llama punto de atención y delimita la zona de mayor interés.


7.1.3. El punto construye imágenes

Todas las imágenes se pueden descomponer en puntos. Por eso, dibujar una forma consiste en imaginar los puntos que pueden perfilarla sobre el soporte.
Si utilizamos el punto como elemento abstracto, podemos crear formas fantásticas y desconocidas, que carecen de relación con las imágenes que vemos en la realidad. Si por el contrario empleamos el punto como elemento figurativo, podemos construir objetos, paisajes, personajes, etc., de formas conocidas que sí están relacionadas con las imágenes de la realidad.

7.1.4. El punto sombrea

Con el punto podemos representar la forma de los objetos, darles volumen y sensación de profundidad. La acumulación y dispersión de los puntos nos permite señalar el contorno de los objetos y crear la sensación de volumen.
La utilización de diferentes tamaños de puntos puede dar la sensación de distintos planos en el espacio: los puntos más pequeños se alejan y los más grandes parecen estar más cerca. La lejanía y la proximidad de los puntos nos permiten alejar y acercar formas y crear así una sensación de profundidad.


7.1.5. El punto colorea

Con el punto también es posible dar diferentes colores a los objetos y a las figuras que construimos. Si situamos los puntos a la misma distancia unos de otros, estaremos coloreando uniformemente una zona de la imagen. Si los juntamos mucho, los colores se verán más oscuros. Sin embargo, si los ponemos separados, los colores se verán más claros.

7.2.      La línea en la imagen

La línea es un elemento gráfico que, al igual que el punto, se utiliza para construir formas e imágenes. Cuando un punto se pone en movimiento, deja un trazo y se convierte en una línea.
Según sea la trayectoria del punto, las líneas pueden ser rectas, curvas, quebradas, onduladas, mixtas, abiertas, cerradas, etcétera.
Para dibujar una línea geométrica es necesario utilizar herramientas de dibujo técnico (escuadra, cartabón, plantilla de curvas, etc.). La línea gráfica es más libre y se puede realizar con o sin instrumentos de apoyo. La línea puede tener diferente forma y dimensiones en función de cómo sea su trazo: larga, corta, continua, discontinua, gruesa, fina, etc., pero siempre será considerablemente más larga que ancha.



7.2.1. La línea en el espacio

Una línea recta puede dividir el espacio en dos partes; con más líneas el espacio quedará dividido en varias zonas. Por esta razón, la línea es el principal elemento estructurador del espacio; con ella podemos organizar el soporte dividiéndolo en diferentes campos visuales y centrar la atención en una parte del espacio. Observa los ejemplos siguientes:

           a)      Una línea con diferentes grosores divide el soporte por la mitad y centra nuestra atención en ella.

   
 b) Varias líneas pueden dividir el soporte o lámina de dibujo en distintas zonas.


    c) Muchas líneas pueden formar una composición siempre que estén organizadas en el espacio.



7.2.2. Las líneas de atención

Entre las líneas que se emplean para distribuir el espacio en una imagen existen líneas de atención que se esconden entre los contornos de las formas, en los ejes de las figuras o que se sugieren en las direcciones que el ojo recorre entre las partes más llamativas. Estas líneas nos ayudan a descubrir las diferentes zonas de interés en las que se ha dividido el espacio y comprender mejor el mensaje que nos transmite una imagen.


7.2.3. La línea configura formas

La función más importante de la línea consiste en representar y configurar formas, es decir, dibujar y dar forma visual a las figuras que aparecen en las imágenes. Las formas pueden estar escritas, si se trata de letras, palabras o textos; dibujadas, si se representan objetos, formas o fi guras; sombreadas si tienen volumen, y pintadas, si tienen colores.

  • La línea para escribir
Escribir consiste en desplazar un lapicero, bolígrafo, etc. sobre un papel dando forma de letra a nuestros trazos. El grafismo o trazo cambia según la persona que lo escriba.
  • La línea para dibujar

Configurar una forma consiste en dibujar y construir su aspecto visual. Se dibuja utilizando líneas que delimitan el exterior de la forma, es decir, su contorno. Y se construye cuando se identifican y representan las características de su interior, es decir, de su dintorno.
  • La línea para sombrear

Al sombrear una figura mediante líneas conseguimos darle una sensación de volumen y producir la ilusión de profundidad en el espacio. Se puede sombrear mediante líneas paralelas muy juntas, para crear zonas oscuras, o dibujarlas más separadas, dando lugar a zonas claras. También podemos variar el grosor de las líneas, haciéndolas más finas en la zona de luz o donde queramos producir el efecto de lejanía en los objetos. Además, la combinación de diferentes tipos de líneas superpuestas consigue que las imágenes tengan más dinamismo y expresividad.


  • La línea para colorear

Pintar o colorear consiste en cubrir de un mismo color una zona o superficie. Con las líneas podemos diferenciar las distintas partes de una forma, hacer que una zona sea más clara o más oscura que otra, o conseguir que tenga diferentes colores. Para cubrir con líneas una superficie utilizamos líneas ordenadas, paralelas, superpuestas, cruzadas o desordenadas en cualquier dirección.



7.2.4.      La línea en el dibujo figurativo
Las imágenes están compuestas por formas o iconos visuales. Cuando en una imagen se reconocen formas, objetos, espacios, etc., esta recibe el nombre de imagen figurativa. En un dibujo realista las formas dibujadas son muy parecidas a las que vemos, es decir, tienen un alto grado de iconicidad. La litografía Manos de un apóstol, de Durero, muestra unas manos muy realistas en actitud de rezar. La obra es un claro ejemplo de cómo con las líneas podemos conseguir dibujos muy realistas.


En los dibujos realistas, la línea es utilizada para describir, concretar y fijar la apariencia de las formas tal y como las vemos. Estas formas tienen volumen, ocupan un espacio y poseen unas características de forma, textura y color que las definen. Con la línea, el dibujante traduce toda esta información sobre un soporte plano, creando en él la ilusión de espacio, profundidad y volumen.
Algunas imágenes son figurativas aunque su grado de iconicidad sea más bajo. Es lo que ocurre en la obra de Pablo Picasso Les demoiselles d’Avinyó, en la que aunque la representación no sea fiel a lo real, se reconocen las formas y se identifican con la realidad.



7.2.5.      La línea en el dibujo abstracto

En el dibujo abstracto la línea se utiliza para describir, concretar y fijar formas no figurativas. Las imágenes abstractas están compuestas por formas geométricas: círculos, planos, etc., o por elementos gráficos: manchas, texturas, colores y líneas.
En algunas ocasiones, las formas representadas en un dibujo abstracto tienen su origen en la percepción de la naturaleza o en la observación de un objeto, aunque la forma esté representada de tal manera que no se pueda identificar con su origen real; el dibujante puede aumentar mucho el tamaño de un objeto o describir un detalle del mismo. A veces se describen formas casi abstractas que no reproducen una imagen real pero que la evocan o la esquematizan. En cualquier caso, la intención del dibujante no es representar una forma, sino transmitir lo que esa forma expresa plásticamente.
La obra Castillo y Sol, de Klee, puede identificarse con un castillo. En el centro podemos apreciar un círculo que simboliza el sol. Todo el conjunto tiene como meta transmitir, mediante la abstracción, un paisaje al atardecer.



Los dibujos abstractos transmiten sus mensajes mediante la fuerza expresiva de los elementos representados. La línea se considera un elemento esencial en la representación de dibujos abstractos y, en función de su dirección y recorrido, se utiliza para transmitir sentimientos y sensaciones.



7.2.6.      La línea como elemento expresivo

La línea es la representación de una sensación en movimiento. Cuando observamos líneas en una obra, las recorremos con la mirada, siguiendo el movimiento de su dirección y trayectoria. Esta contemplación nos transmite sensaciones y ritmos que podemos traducir de una forma u otra dependiendo de los diferentes estados de ánimo.
Lo primero que se ve de una línea es su dirección y recorrido. Si la miramos con atención, descubrimos su tonalidad (si es clara u oscura) y su grosor (ancha o fina), o si cambia modulando cada una de sus características.
Si observas la obra de Antonio Saura, Grito n.º 7, podrás captar la expresividad de la línea para reconstruir una figura que grita dramáticamente.




La dirección de cada línea tiene un valor expresivo diferente:

LINEAS RECTAS
Son continuas, planas, rígidas y sin cambios. Transmiten constancia, rigidez. Son quebradas cuando cambian con mayor o menor brusquedad de dirección. Estas son más dinámicas, pero siguen ofreciendo rigidez, producen sensación de inestabilidad y pueden resultar agresivas.

LINEAS CURVAS
Varían de manera constante su dirección y son ricas en tensiones. Transmiten movimiento, dinamismo y vitalidad. Pueden ser curvas, circulares, concéntricas, onduladas, quebradas, en espiral, complicadas, etc. Todas ellas implican movimiento y dinamismo en distinta dirección y con velocidades diferentes.


    
LINEAS IRREGULARES
Tienen cambios continuos de dirección en su recorrido y sugieren cierta tensión.

Pueden ser de dos tipos:
  •    Líneas irregulares rectas: presentan pequeños cambios que se perciben como una constancia menos rígida.
  •          Líneas irregulares curvas: aumentan las tensiones, el movimiento y el ritmo hasta llegar a producir desorden e incluso caos.





7.2.      El plano en la imagen

El plano es, junto con el punto y la línea, un elemento expresivo del lenguaje visual y se utiliza para dibujar formas. Desde el punto de vista geométrico, una sucesión de líneas yuxtapuestas, es decir, líneas paralelas y trazadas una junto a otra, origina un plano, una superficie bidimensional (ancha y alta), infinita en todas sus direcciones. Pero para poder dibujar objetos con el plano, limitamos su forma con un contorno.
Los planos se pueden denominar también fi guras y dependen de la forma originada por la línea cerrada. Existen muchos tipos de planos, pero su tamaño siempre será lo suficientemente grande como para que no sea un punto.


Según su forma, se pueden distinguir dos tipos de planos: los geométricos, de formas regulares (triángulos, cuadrados, círculos, etc.), y los planos orgánicos, de formas libres e irregulares.

7.3.1. El plano como soporte

La superficie sobre la que dibujamos se denomina soporte (o plano soporte). Puede tener múltiples medidas, desde el tamaño de un sello hasta el de un gran mural. El plano como soporte también puede tener diferentes formas: cuadrada, rectangular, redonda, etc., y se puede colocar en distintas posiciones: horizontal, vertical o inclinado.
Cada tamaño y posición influye en el efecto final de nuestro trabajo. Un plano rectangular en posición vertical manifiesta una tensión hacia arriba. 



Mientras que colocado en posición horizontal transmite calma.


Un soporte con forma cuadrada da sensación de equilibrio, y si tiene forma circular, transmite dinamismo y movimiento.


7.3.2. El plano compone el espacio

Antes de realizar un trabajo debemos pensar en las formas naturales o artificiales que vamos a dibujar y, después, diseñar la colocación de todos los elementos en el soporte.
Existen dos formas o leyes sencillas que estructuran el espacio y nos ayudan a ordenar las formas que componen un dibujo. Estas leyes son:




Estas leyes han sido utilizadas por muchos artistas en sus composiciones. Observa las siguientes imágenes y fíjate en cómo han sido colocadas las figuras.




7.3.3. El plano construye formas

El plano, por sí mismo, puede definir figuras y objetos. Para construir la imagen de una casa basta con colocar ordenadamente un triángulo para el tejado, un cuadrado para la fachada y rectángulos para situar la puerta y las ventanas.
Si se pretende realizar imágenes más complicadas, se pueden utilizar infinidad de planos con formas diferentes. Existen obras de arte realizadas solamente con planos.
  •    El plano sombrea

Las zonas de luz y las zonas de sombra se pueden separar colocando planos claros al lado de planos oscuros; de esta manera los objetos y las formas que construimos dan la sensación de volumen y de profundidad. Observa la obra El dúo, de Georges Braque: el artista ha utilizado planos claros y oscuros para iluminar la estancia y señalar la importancia de la cantante mientras que el pianista, con planos oscuros, es el personaje secundario.


  •        El plano colorea

Los planos se pueden pintar con diferentes materiales (rotuladores, ceras, lápices de colores, etc.). El color de los planos nos ayuda a identificar mejor los objetos o formas que construimos.
La obra de Franz Marc, Caballo en un paisaje, es un ejemplo de cómo los planos colorean las formas del prado y el caballo.



7.3.4. El valor expresivo del plano
Cuando el plano se utiliza para construir imágenes se convierte en un elemento expresivo de la forma. Esta expresividad depende del contorno y del tamaño del plano, así como de su ordenación en el espacio. Un contorno realizado con mayoría de líneas rectas es menos dinámico que otro formado por líneas onduladas. Si el plano está delimitado por una línea quebrada y cerrada, resulta más agresivo.
El tamaño hace que sea más o menos importante: si es grande, llama más la atención que si es pequeño; y si además lo colocamos en el centro del soporte, puede actuar como zona de máxima atención.
Con solo dos planos Gottlieb crea una obra llena de fuerza expresiva. Esto se debe al contraste creado entre la agresividad y el peso de la mancha negra frente al dinamismo circular de la mancha roja. Estas sensaciones se resumen en su título Ráfaga nº 1. Observa todo lo que se puede expresar con un solo elemento como el plano.